Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: https://hdl.handle.net/20.500.12104/83538
Título: La función del gongorismo en Primavera indiana (1668), de Carlos de Sigüenza y Góngora
Autor: Stein Arroyo, Tadeo Pablo
Director: Schmidhuber De La Mora, Guillermo
Asesor: Gómez Loza, Ma. Esther
Ortiz, Alberto
Palabras clave: Carlos De Siguenza Y Gongora
Fecha de titulación: 1-jul-2009
Editorial: Biblioteca Digital wdg.biblio
Universidad de Guadalajara
Resumen: Gracias a su espíritu inquisitivo y a su pensamiento, Carlos de Sigüenza y Góngora (1645- 1700)1 ha sido distinguido como «la figura intelectual más señera de México en los siglos coloniales» (Lorente Medina 2008: 9).2 A pesar de que gran parte de sus escritos jamás se imprimió y permanece hoy perdida, por el juicio de sus coevos y por las obras que han llegado hasta nuestros días, se sabe que casi ningún campo del conocimiento fue ajeno a la pluma de Sigüenza, comprendiendo su producción intelectual desde tratados astronómicos y matemáticos hasta relaciones históricas del antiguo México. Sus vastos conocimientos le valieron ser elegido por las autoridades civiles y eclesiásticas para registrar distintos eventos públicos de importancia, como la consagración de la iglesia de Guadalupe en Querétaro y los certámenes poéticos organizados por la Real y Pontificia Universidad en 1682 y 1683. También como cronista dispuso un breve libro, con tintes picarescos, sobre los infortunios que padeció el náufrago Alonso Ramírez, «natural de la ciudad de San Juan de Puerto Rico». Acosado por el trajín de sus múltiples actividades, don Carlos no olvidó nunca componer versos, habilidad que manifestó desde años juveniles. Entre sus poemas extensos se cuentan Primavera indiana y Oriental plantea evangélico. La mayoría de los biógrafos y críticos de Sigüenza, al privilegiar su capacidad para elevarse a las alturas de la razón en una época signada por la teología, ha hecho particular hincapié en la modernidad de sus ideas científicas y en la constante defensa del pasado mexicano y su esplendor. En la revalorización de la figura de Sigüenza, que cobra un ímpetu ascendente con la reedición de varias de sus obras por Francisco Pérez Salazar en 1928, sorprende la escasa atención que despierta su obra poética, la cual, contrariamente al resto de sus escritos, es prácticamente inaccesible, cuando no desconocida. La única edición moderna de su poesía, tan difícil de localizar como los tomos antiguos, fue preparada en 1931 por Irving A. Leonard,3 quien sólo se limitó a recopilar los poemas dispersos, ya que el prólogo es un estudio que Ermilo Abreu Gómez publicara en la revista Contemporáneos en 1930. Leonard, cuyos aportes sobre Sigüenza son imprescindibles, no muestra ningún interés por su poesía, incluso la valora negativamente. Abreu Gómez, por su parte, vio en los versos de su paisano una prolongación de su pensamiento científico, presentándolo así como un precursor, un tanto lejano, del neoclasicismo.
URI: https://hdl.handle.net/20.500.12104/83538
https://wdg.biblio.udg.mx
Programa educativo: MAESTRIA EN ESTUDIOS DE LITERATURA MEXICANA
Aparece en las colecciones:CUCSH

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